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The Last Dinner Party - ‘Prelude to Ecstasy’.

Con su álbum de debut, este quinteto femenino se ha convertido en la nueva sensación del rock al otro lado del Canal de la Mancha.

Para los fans de los New Romantics, desde Duran Duran hasta el revival Walt Disco, la nueva sensación es The Last Dinner Party. Tacones altos, medias de rejilla, corsés de seda, ojos empolvados y rubor en las mejillas, las cinco británicas lo dan todo en el escenario y en el estudio. Su éxito ha sido fulgurante. Ya lo sabemos todo sobre ellas.

En la universidad, en 2020, Abigail Morris (voz), Georgia Davies (bajo) y Lizzie Mayland (guitarra, voz) tocaban juntas en conciertos y, contagiadas por la energía de otras bandas, decidieron formar la suya propia. Se les unieron la guitarrista Emily Roberts, por consejo de una amiga de Abigail, y la teclista Aurora Nishevci. El nombre lo encontraron en la zona de fumadores de un pub del este de Londres. Primero fue The Dinner Party, en referencia a una cena ficticia en la que su maestro de ceremonias, un tal David Bowie, estaba sentado entre Oscar Wilde y Grace Jones. Después, “The Last Dinner Party”, para darle un toque de fin del mundo. Incluso se redactó un manifiesto, con las palabras “decadencia”, “libertinaje”, “teatral” y “extravagante” salpicadas de sangre y vino. Se trata de una banda diabólicamente encarnada, en la línea de Queen y Kate Bush, de las que viven mil vidas sobre el escenario.

El escenario es la razón de ser del quinteto. “Nunca nos hemos presionado para grabar canciones”, declaró recientemente Davies a Rolling Stone. “Siempre ha sido secundario a la actuación. Admiras a esas bandas de las que nunca has oído hablar hasta que las ves, a la antigua usanza”. Después de su primer concierto en la George Tavern de Londres en 2021, los británicos recorrieron el país, creando una sólida comunidad gracias al boca a boca, y se encontraron -de alguna manera- teloneando a los Rolling Stones en Hyde Park al año siguiente... a pesar de que aún no habían publicado ningún single.

Fue Island, el sello de Florence & The Machine, cuya telonera serían en 2023, quien olfateó la oportunidad y las fichó. James Ellis Ford produjo sus tres primeros singles Nothing Matters, Sinner y Lady of Mercy y, antes de que 2023 terminara, las chicas aparecían en una serie de portadas brillantes, ganando tanto el Brit Awards Rising Star como el primer puesto en el Sound of... de la BBC. BBC, los dos premios británicos dedicados a las estrellas emergentes más populares.

La música es impecable: todos los ingredientes están ahí. Hay arpa, la voz aguda de Abigail preparada para cada inflexión, flauta, mandolina y piano para completar la atmósfera de montaña rusa al estilo de Bohemian Rhapsody, de la que Sinner toma prestado en gran medida. Todo suena trágico, arrollador y animoso, listo para transportar a las multitudes. Los ritmos se disparan, la instrumentación se hincha y luego se encoge, las letras son universales: Abigail habla de su angustia como del feminismo. Mezclado por el gran Alan Moulder (Nine Inch Nails, The Smashing Pumpkins), este Prelude to Ecstasy presagia un futuro ardiente.