Cuando comercializan su primer producto, la mayoría de las marcas suelen intentar complacer al público más amplio posible ofreciendo soluciones asequibles. No es el caso de Palma Audio, que ha elegido la gama alta, incluso muy alta, en el mundo de los auriculares. En efecto, con un precio superior a 2.000 euros los DHS-1 se dirigen a un segmento muy reducido de los entusiastas de la escucha personal.
Este precio se explica en parte por la calidad de la presentación, los materiales y los accesorios. Cada DHS-1 se fabrica artesanalmente en España, cuna de la marca. Pero es sobre todo la idea de poder elegir entre funcionamiento cerrado o abierto y su puesta en práctica lo que se adquiere. Sea cual sea el caso, los DHS-1 intrigan e invitan a descubrirlo.
Presentación general de los Palma DHS-1
Los DHS-1 son los primeros auriculares de la marca española Palma Audio. Como suele ocurrir, el producto nació como respuesta a una carencia en el mercado. A los fundadores, aficionados a los componentes de audio de gama alta, siempre les costó decidirse entre unos auriculares abiertos y unos cerrados al tener ambos sus propias cualidades. Así nació la idea de crear unos auriculares mixtos. Son los primeros en ofrecer este tipo de funcionamiento, pasando de un modo a otro manualmente sin tener que quitárselos.
Porque habitualmente es una cosa o la otra; no se puede tener todo. Así, en los auriculares cerrados los cascos están cerrados por su zona posterior para confinar el sonido. Por el contrario, los cascos de unos auriculares abiertos son transparentes para dejar que el sonido escape. A grandes rasgos, los auriculares abiertos proporcionan una escena sonora mejor, mientras que los cerrados “bajan” más en los graves. Pues bien, los DHS-1 poseen estas dos cualidades.
Los auriculares están fabricados exclusivamente con materiales de alta calidad. La diadema está recubierta de cuero auténtico por dentro y por fuera. Las varillas ajustables que la unen a los cascos son de metal cromado. Los cascos propiamente dichos son de madera, mientras que las gruesas almohadillas con memoria están recubiertas de cuero suave. En lo que respecta a zona posterior de los cascos, está constituida por discos metálicos planos.
En el interior de estos cascos encontramos generosos transductores de 50 mm de diámetro. Hay que destacar que estos auriculares figuran entre los más imponentes del mercado. Pesan 490 gramos, situándose también en este aspecto en la horquilla superior de la oferta disponible. Pero el peso no se nota tanto como se podría temer. El equilibrio entre la presión en la parte superior de la cabeza y la ligera presión de las almohadillas alrededor de las orejas es ideal. Subjetivamente, los auriculares parecen bastante ligeros, a pesar de que no están diseñados para un uso en exteriores. Por último, la comodidad es apreciable, sin calentar las orejas incluso tras largas sesiones de escucha.
Las almohadillas pueden retirarse para sustituirlas en el futuro. Sin embargo, no están imantadas y se mantienen en su sitio sólo por el reborde de cuero que entra en una fina ranura. Si no necesita quitarlas, no lo haga, ya que volver a colocarlas en su sitio es bastante tedioso. Afortunadamente, el cambio de las almohadillas no se lleva a cabo todos los días, ni mucho menos. Aunque este sistema de sujeción sea básico, el conjunto no se mueve y se mantiene siempre en su sitio.
Utilización de los Palma DHS-1
Los DHS-1 se suministran en un maletín de transporte rígido tan imponente como los propios auriculares, ya que éstos no se pliegan de ninguna manera. En cualquier caso, están correctamente protegidos. En el interior hay un espacio dedicado para los auriculares en sí. Además, está protegido por una bolsa de tela lo suficientemente grande como para trasladarlos sin el citado maletín y sin que se corra el riesgo de dañarlos. Una segunda bolsa pequeña de tela está colocada en una red. Contiene tres cables, así como cintas de sujeción de cuero para enrollarlos fácilmente.
En la parte inferior de cada casco hay un conector para mini-clavija de 2,5 mm. Esto permite elegir el cable en función de la fuente. Por ejemplo, con un amplificador doméstico convencional lo más probable es que se utilice el que terminado en una clavija de 6,35 mm. También es el más largo, con 2,80 m. El cable terminado en mini-clavija de 3,5 mm y 1,20 m se utilizará con un smartphone, mientras que el terminado en una mini-clavija de 4,4 mm, también de 1,20 m, puede utilizarse con un DAP. Con los DHS-1, el usuario elige. Son muy pocos los fabricantes que ofrecen los tres tipos de cable. Gracias a una impedancia de 32 ohmios, la utilización es prácticamente universal.
Siguiendo con el tema de la elección, del usuario depende si prefiere escuchar en modo cerrado o en modo abierto. La ventaja consiste en poder cambiar de modo de funcionamiento dependiendo de su estado de ánimo o el género musical. Los discos metálicos situados en el exterior de los cascos actúan sobre el modo cerrado o abierto de los auriculares. Basta con girarlos unos pocos grados para pasar de uno a otro. Esto se comprueba simplemente observando los múltiples orificios: bien parecen estar cerrados, bien se puede ver a través de los mismos. En definitiva, nada complicado.
Palma Audio presume de una curva de respuesta muy suave, que limita las diferencias de nivel excesivas en todas las frecuencias. Es bastante lineal desde la parte inferior del espectro hasta la zona media-baja. De hecho, corresponde a la firma sonora que los creadores de los Palma Audio han querido dar a sus auriculares. El pequeño manual suministrado en la caja del embalaje indica una extensión de la respuesta en frecuencia diferente según se opte por el uso en modo cerrado o en modo abierto. Lo mismo ocurre con la sensibilidad, que varía en 2 dB, con ventaja para el modo cerrado.
La escucha
Nuestra prueba tuvo lugar a partir de una conexión vía cable con clavija de 4,4 mm a un DAC portátil FiiO KA3 USB-C conectado a un ordenador Mac. A continuación, pasamos a nuestro sistema de salón con un preamplificador/DAC Mytek Brooklyn+ al que conectamos los DHS-1 a través de una toma para clavija de 6,35 mm.
Los DHS-1 exhiben una excelente presentación de la música, con finura y elegancia. En el jazz contemporáneo del Ezra Collective y su último álbum Dance, No One’s Watching, la escucha es extremadamente viva y natural. Los timbres parecen respetarse en todo el espectro, con una sensación de rapidez en los apoyos. A pesar de utilizar un transductor electrodinámico clásico, recuerdan la firma sonora de los auriculares equipados con transductores magnéticos planos.
Pasamos a la música electro de SOPHIE, concretamente de su álbum póstumo homónimo. Los habituados a los auriculares Bluetooth con muchos graves estarán de enhorabuena, ya que con los DHS-1 no hay ningún énfasis en este aspecto. Respetan el nivel grabado y saben ser percusivos cuando la situación lo requiere, o crear capas de infragraves que envuelven nuestras cabezas sin ningún arrastre, pero con bella profundidad. También disfrutamos de una escena sonora de gran tamaño, tridimensional, con anchura y verticalidad, como si los auriculares ya no existieran. Pero hay que precisar que la diferencia entre los modos cerrado y abierto tiene un impacto limitado en el resultado. Esto significa que los DHS-1 son excelentes en ambas situaciones.
El modo cerrado limita un poco más las fugas de sonido de los auriculares hacia el exterior sin que ello suponga un gran problema. En los dos casos siguen siendo bastante discretos, ni totalmente cerrados ni totalmente transparentes, situándose realmente en algún punto intermedio. También hay que señalar que su aislamiento general es bastante pobre. Los DHS-1 se disfrutan mejor en una habitación silenciosa, como si fueran auriculares abiertos, aunque estén cerrados. En todas las situaciones, ofrecen lo que podríamos llamar frescura. Se escuchan muy bien con pop bien producido, como por ejemplo el del álbum Roses de Kimberose.
Encontramos una espléndida escena sonora con mucho aire entre los instrumentos en la escucha de la Sinfonía nº7 de Bruckner interpretada por la Orquesta de Pittsburgh. Es fácil distinguir los pupitres tanto en anchura como en profundidad. Una escena completa rodea nuestra cabeza. Aquí, la calidad de los timbres reproducidos por los DHS-1 vuelve a ser ejemplar, con una gama media-alta precisa y arranques dinámicos que estallan en el plano vertical. Sólo los auriculares verdaderamente abiertos son capaces de ir más lejos en lo que a superposición de los planos sonoros se refiere.