Tres álbumes y veintiséis años bastaron a Nick Drake para cambiar la faz del movimiento folk. El género, inicialmente estéril, se revitalizó con esta voz suave de niño perdido y sus magníficos arreglos. Pero Nick Drake nunca escuchó tales elogios en vida. La crítica de la época permaneció insensible ante sus tres únicos álbumes de estudio. Una incomprensión que resonaba con su personalidad depresiva y su comunicación casi autista...
Publicado en septiembre de 1969 en el sello Island, el álbum de debut de Nick Drake, Five Leaves Left, llevó el folk británico a nuevas cotas de poesía y melancolía. En esta grabación, el joven cantautor contó con el apoyo de algunas de las figuras más destacadas de la escena folk (en particular, Richard Thompson, de Fairport Convention, y Danny Thompson, de Pentangle), respaldados por las sublimes cuerdas orquestadas por Robert Kirby. ¿Sigue siendo folk? ¿Quizás folk de cámara? No importa: con esta mezcla ensoñadora, Nick Drake establece su estilo, pero no su nombre: los críticos de la época, sin ser negativos, encontraron este primer trabajo solo interesante y simpático.
Un año más tarde, para Bryter Layter, Nick Drake acoge, además de Richard Thompson y Robert Kirby, a otros prestigiosos invitados como, los grandes P.P. Arnold y Doris Troy, o, más inesperadamente, el ex Velvet Underground, John Cale. La pluma y el sentido de la melodía del joven compositor son más impresionantes que nunca. El fracaso comercial de este segundo álbum empujó al joven guitarrista, gran consumidor de drogas de todo tipo, a un aislamiento aún mayor. Island Records no tenía intención de seguir trabajando con él, y aun así Drake grabó un álbum muy corto, de apenas media hora de duración, solo a la guitarra y con la única ayuda de un ingeniero de sonido.
Publicado en febrero de 1972, Pink Moon es una cumbre de sencillez y belleza, y sigue siendo el álbum más influyente de la escena folk británica de los años setenta. Un álbum alejado de los cánones del género. Solo con su guitarra acústica y unas notas de piano, Nick Drake erige un templo minimalista sostenido por armonías demenciales. Su voz angelical arrastra esta melancolía interior, siempre soleada, a otro lugar conmovedor. Atrás quedan las cuerdas y demás iluminaciones de sus dos discos anteriores, y las referencias a Tim Buckley y Bert Jansch. La pureza es total. Aunque algunos periodistas aclamaron este trabajo ovni, el público, una vez más, no le siguió.
Desanimado, Nick Drake se volvió cada vez más antisocial, comunicándose poco o nada con sus allegados. Se hundió en la depresión y pasó un tiempo en el hospital. Pink Moon es testigo de ello: en la noche del 24 al 25 de noviembre de 1974, el cantautor sufrió una sobredosis con un tubo de Tryptizol, un potente antidepresivo, y desapareció con solo 26 años. Nunca sabremos si la sobredosis fue intencionada o accidental.... En los años 80 varios artistas influyentes como Robert Smith de The Cure, Peter Buck de R.E.M. y David Sylvian citaron al olvidado Nick Drake como una de sus principales influencias. Se reeditaron sus tres álbumes y comenzó el culto a Nick Drake.