Jakob Bro, Lee Konitz, Bill Frisell, Jason Moran, Thomas Morgan, Andrew Cyrille - ‘Taking Turns’

Revelado a mediados de la década de 2000 como miembro del quinteto del gran baterista y compositor Paul Motian (cf. Garden of Eden, publicado en 2006 en ECM), el guitarrista danés Jakob Bro, cuyo estilo elíptico y atmosférico revelaba entonces inequívocamente la influencia de Bill Frisell, fue desarrollando poco a poco su propia voz hasta consolidarse como uno de los músicos más originales de la escena jazzística europea. En este largo y fascinante proceso de emancipación e individuación, sus álbumes grabados para el pequeño sello Loveland entre 2009 y 2013 aparecen en retrospectiva como hitos decisivos que Exuding, quince años después, rehabilita magistralmente y sitúa en el lugar que les corresponde en su discografía.

Iniciada con el álbum Balladeering y continuada en años posteriores con Time y December Song, esta informal trilogía fonográfica fue la oportunidad de Jakob Bro de «pagar su deuda», por así decirlo, con el jazz americano que le dio su vocación, componiendo y produciendo álbumes de rara poesía, una serie de pequeños conjuntos de geometría variable con algunos de los principales músicos de su panteón, desde sus coetáneos más talentosos (el pianista Craig Taborn, los bajistas Ben Street y Thomas Morgan) hasta leyendas como su mentor Bill Frisell y ese genio de la improvisación pura que es el saxofonista alto Lee Konitz.

Grabada como sus predecesoras en los famosos Avatar Studios de Nueva York en 2014, esta sesión inédita, arreglada para ECM, es claramente una continuación de los discos editados para Loveland y parte de la misma estética. Formada esta vez como quinteto con el veterano del free jazz Andrew Cyrille a la batería, Thomas Morgan al contrabajo y Jason Moran al piano, esta auténtica All-Stars Band es intergeneracional y deliciosamente transestilística, desarrollando en improvisaciones hábilmente entrelazadas los climas etéreos y suaves generados por las composiciones atmosféricas y melódicas del líder, inventando una especie de ‘jazz de cámara’ instantáneo de extrema delicadeza.

Encontrando espacio en los vacíos armónicos ‘fabricados’ por los dos guitarristas, maestros de la elipsis y de la alusión, Lee Konitz, por entonces ya de 87 años, fue la verdadera estrella de la sesión. Dejando vagar su fraseo soñador y alusivo con una lentitud controlada y un sentido de la economía realmente fascinantes, deambula por estos climas apenas esbozados con una libertad y una inteligencia musical intactas. Con esta música fluctuante, extremadamente colectiva en su dinámica y que da constantemente la impresión de descubrirse a sí misma mientras se inventa, Jakob Bro no podría ofrecer mejor vehículo para el lirismo abstracto de este genio de la improvisación.